En el vacio la mente vaga, hasta encontrarse contigo
Ante ti el hombre se rinde, sus rodillas dobla
Anhela tu amor, la calidez de tu regazo, el portal de tu vientre
Tu cuerpo, templo para la vida, esperando siempre,
al explorador sagrado que encienda la antorcha,
Ilumine tus entrañas, y al descubrir tus místicos tesoros,
Tendrá las llaves de inmortalidad y sabiduría