Blas Roa

Poema a Dulce.

En especial agrado,

tan de noche como de día

te escribo con resquemor 

pero sin ironía

algo por decir algo.

 

Que bien cara-dura he sido

para escribirte después de tanto

incrustarme en el llanto

de lo ajeno y lo prohibido

huyendo de lo que no es mío

para darte una razón

de ponerte en el corazón

la letra de mi tejido.

 

Cuando hablas te reconozco

y muy canalla contigo fui

que hasta de sombras te cubrí

cuando deje de ser un santo

cambié el oficio por el canto

y ya no paraba en casa

mientas que tu, en nobleza mansa

esperabas mi retorno.

 

No valoro, pero ni poquito

tus cruzadas por mi futuro

que en la pobreza de pan duro

hacías de nada un festín 

felices nos hacías dormir

a éste con sus hermanos

y las caricias de tus manos 

eran de lucha, y lo repito.

 

Como tu no hay mujer tenáz

ni más fuerte, ni mas noble

tu belleza, alma de roble

sin igual matiz, y encantadora

Espero ser, humilde señora

quien hoy le anime esa sonrisa

no llevo calma, ni llevo prisa

solo un gesto de Diosa audáz. 

 

A esta edad yo me corrijo 

de aquello que te hizo daño

con el tiempo a peldaños

he cruzado tristes ríos

donde recuerdo que tus bríos

eran escudos sin alardes

de tu gesto de buen madre

a el más cabrón de tus hijos.

 

Blas Roa