Imagino un camino
e imagino piedras amarillas,
rojas, rotas y rosales
y una voz que surge
de un montón de escombros
sueltos y emociones.
Detrás de mis ojos
nadie duerme,
todos corren a mi encuentro
y yo te encuentro
besándome la frente
con tus labios suaves.
Camino de calles de otro lugar
donde corren los sueños
y juegan algunas mujeres.
Este camino es el camino desde siempre
camino desde que nacieron todos estos árboles
y estas veredas todas grises sin colores
aunque en mi se reflejen de cierta manera particular:
jugué sobre ellas, amarillas,
rotas, rojas y rosales,
Nací allí y crecí poeta, anécdotas
de unos cuantos locos que ven un poco mas allá
del común de la gente que cuerda
concuerdan y se vuelan,
entonces aparecieron cien pájaros marrones
para amanecernos las mañanas
en todas las ciudades iguales,
rincones de los sueños de cada uno
[estaciones].
Cierro los ojos y vuelo rasante
bien lejos de aquí,
voy al encuentro de los cien cuerpos
y entre los doscientos ojos,
todos,
uno solo se corresponde
a todos mis silencios
pero sobre todo a todas mis canciones,
son misterios que tengo y me debo resolver.
Tanto cielo y te siento venir
desde que tu te hiciste piedra en mi zapato.
¿Dónde te vas esta noche?
Estás allí tan lejos que te acercas
pero te vas bien adentro donde me dueles.
Ya no volveré por el camino de siempre,
nací libre y soy atajo.