Un inmenso elefante
tristemente mira
al hombre arrogante
que todo extermina.
Él sufre con dolor
porque llegó un pillo,
y en afán depredador
lo dejó sin colmillos.
Pobre elefante
sufre tan callado,
ya no es como antes:
lo han descolmillado.
Alejandro J. Díaz Valero