Un presagio en la cálida brisa
acaricia la irreal sombra,
que se cierne sobre las estepas
de la soledad final,
largos veranos devastan los
torrentes de la imaginación,
constancia e igualdad en
cada respiro,
verbos desperdiciados en
el regreso,
agobiantes ideas que no
se encierran,
precarios pasos en consonancia
de tristes agonías,
verdades a medias para
no mentir,
susurros preñados de
fantasía,
irrespetuoso silencio de
piedades,
olas mustias del alma
rota,
multitud de llantos que
no murmuran…
… y si me compadezco.
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Carlos Dos Santos Daniel