Tintinea el cortaplumas de las bestias
y el ardor se propaga sin descanso
al tiempo que se extinguen
las angustias del caos.
Ojo por ojo
es símbolo de pobreza espiritual.
Y aún así,
es la insignia que gobierna
donde la simiente del ser humano
es depositada con aspereza.
Ocurre que se nos da una vida para vivir,
para anhelar, amar, favorecer, levitar…
pero casi todos la utilizamos para combatir,
dividir, herir, odiar y maldecir.