Tengo una mariposa.
Por eso sé que nada puede pasarme.
Ha vivido más de un día, contra todo pronóstico del adiós.
Ningún alfiler del miedo la mantiene sujeta.
Mueve las alas, al cabo transparencias del amanecer.
Destellando colores de libertad.
Posa su luminosa fragilidad sobre el papel de la esperanza.
La miro ir primavera, de un sitio a otro de ilusión florecida.
Casi no puedo creerme que exista.
Es tan bonito su sentimiento delicado.
Tanto..
..que cuando nota que va a ser amada al tacto de calidez.
Abraza lo invisible emocionada de belleza.
Ascendiendo hasta todo lo alto que puede su herida.
Y que en realidad yo sé..
..que ella sabe que yo sé.
Que es este mismo permanecido del para siempre...
..a la Vida.