Gloria Rivas

Había una vez una Tierra

 

 
Había una vez, hace muchos, muchos años, 

una tierra verde y colorida, 

donde todo  seguía su proceso natural,

 llovía lo suficiente como para regar las plantas,

 rociar las flores y  humedecer  la tierra 

para que  no se resquebrajara.  

Después de la tormenta venía la calma, 

y el sol salía, resplandecía,  y con sus potentes

rayos  secaba charcos.  Evaporaba el agua,

que cual sublime humo  subía a alimentar

las nubes y a preñarlas  con el fresco líquido,

que al cumplir su proceso  bajaba de nuevo

a la tierra, como madre  dando a luz un nuevo ser 

para poblar el planeta…  

Pasando el  tiempo, llegó el caos

gracias  a la depredadora mano del humano, 

quien irracionalmente ha hecho cosas tremendas

 para descontrolarme y hacer de mi un mundo distinto.

Hoy, las estaciones se presentan  en forma rara,

 llueve en verano, nieva en primavera y hasta en otoño,

 mis ríos crecen tanto que se salen de su cause 

y arrasan con todo lo que encuentran a su paso,

 los árboles se despojan de sus hojas  

aún siendo primavera, las flores han cambado de colores,  

el  día se ha hecho más  corto,

el cielo luce gris  lleno de negros nubarrones

que anuncian  constantemente una fuerte tempestad.  

Por ello amigos míos, quiero contar con ustedes

 para que me cuiden, porque de lo contrario

en pocos años  desapareceremos todos del universo, 

no talen, no quemen, no echen basura a los ríos,  

ni en las calles, eviten hacerme daño, 

porque no solo me lo hacen a mi sino a todos  ustedes.  

No permitan entonces que este cuento termine 

con un colorin colorado para toda la humanidad….

Apiádanse de mi y de ustedes!