Hablo alguna vez un sabio y dijo:
“el camino que escojas debes terminarlos con la frente en alto, no importa los errores, sino los equívocos enmendados”
Y tu sabio –ya has cumplido con tus palabras?- le preguntaron y el respondió:
Quien dijo que era un sabio yo, solo digo lo que no debéis hacer, pues fui incapaz de hacerlo yo cuando debía y ahora soy un viejo amargado solitario.
Quien era ese sabio – pregunta el niño a su padre, interrumpiendo el cuento- a lo cual responde diciendo – TÚ ABUELO