Anoche bese la luna
en tu vientre impuber
en la brevedad de nuestros cuerpos
eramos interminables
en tan breve tiempo eternos
eramos dos oscuridades
en una oscuridad de vastedades
la noche afuera se devastaba
en la mirada de alguien
las luciernagas, pequeñas estrellas
al cruzar la ventana se apagaban
era el silencio escondido
un lenguaje de palabras mudas
quise morir de ti, morir de tu muerte
tu quisiste morir de mi, de mi muerte
terminamos muriendo sin morirnos
y nuestras manos soñando
en el sexo dormido
un reflejo de luz nace entre los dos
y nos separa
despertamos en nuestros ojos,
desnudos, tibios y enamorados
con el sol en nuestras manos.