Ernes

Nuestras manos soñando en el sexo dormido...

Anoche bese la luna

en tu vientre impuber

en la brevedad de nuestros cuerpos

eramos interminables

en tan breve tiempo eternos

eramos dos oscuridades

en una oscuridad de vastedades

la noche afuera se devastaba

en la mirada de alguien

las luciernagas, pequeñas estrellas

al cruzar la ventana se apagaban

era el silencio escondido

un lenguaje de palabras mudas

quise morir de ti, morir de tu muerte

tu quisiste morir de mi, de mi muerte

terminamos muriendo sin morirnos

y nuestras manos soñando

en el sexo dormido

un reflejo de luz nace entre los dos

y nos separa

despertamos en nuestros ojos,

desnudos, tibios y enamorados

con el sol en nuestras manos.