Pusieron en ti su pensamiento,
dieron tiempo al esparcirte,
cooperaron sacrificio al traerte,
te abonaron tu árida sementera.
El que te plato gozoso estaba,
cobró regocijo al verte crecer,
esperanza tenia en comer tu fruto,
en el tiempo señalado del futuro.
Con paso del porvenir del mañana,
cuan codiciable era tu arboleda,
nadie veía tu corola escondida,
porque tus ramas eras corpudas.
El que te planto regreso sediento
ansioso venia por disfrutar de ti,
encontrar fruto quería en tus ramas,
y calmar su vital famélico sentir.
No encontró en ti nada en absoluto,
solamente hojas en abundancia,
desencantado exclamo el amo,
regresaría en el mes de la siega.
Decídete que cosa producirás,
fruto o abundantes hojas solamente,
si sigues así el cortara tus ramas,
y solo servirás para hacerte leña.
El no quiere abundancia de hojas,
solo quiere saciarse del dulce fruto,
saca provecho a aquella inmolación,
que un día El lo puso con su vida.
Todos los derechos reservados por el autor de esta expresión poética @ 2009