Para llegar hasta mí,
no necesitas pedirle audiencia a la burocracia
ni requieres una visa para entrar.
Para llegar hasta mí,
no necesitas llenar formularios aduanales
ni comprar boleto de entrada.
Para llegar hasta mí,
no necesitas quitar la tranca de la puerta
ni golpear su aldaba.
Tú eres mi vida, vida mía.