No sabes cómo tiemblo cuando repiquetea el teléfono
-sé que eres tú- -y tu voz me penetra-
Me siento tan inmerso
que el deseo se acrecienta
y el recuerdo se vuelve
sudor aquí en mi pierna…
Ya no sé si te escucho
ya no sé si parlamos
porque de nuevo te siento
mientras tu voz acaricia mi oído
(pero el auricular se moja)
Del sudor de pensarte
de pensar en aquél ayer tan nuestro
que nunca olvidamos.
Ya no importa la hora en que timbre el teléfono
mientras sea tu voz
la que escucho
la que sale de adentro
y se queda en mis huesos
como un grato recuerdo.
Sergio Jacobo "El poeta irreverente"