Admiro mucho la belleza del Señor Jesús,
Que en la cruz perdonó todos mis pecados.
Tiene poder su sangre para me rescatar,
Con adoración llevo mi corazón a él.
Jesús, hoy me alegro en tu salvación;
Nadie como tú, soportaste mis dolores,
Hay vida eterna en cada mi paso.
Me alegro porque ya mi libertad compraste,
Gracias a tu amor que sobrepasa todo!
El Espíritu Santo me fortalece siempre,
Prefiero glorificarme en la gracia de Dios,
Cúan tu muerte da la seguridad a mi alma.
Gozo y paz del cielo son abundantes
Juntos con su poder divino que fluye;
Tu hijo yo soy, me abrazas con misericordía.