ciscosol

HISTORIAS DE UN ESPEJO ( 1 )

Había una vez una niña con cabellos dorados

Y como esmeraldas sus ojos que siempre miraban al sol.

¿Qué buscaba sin descanso y con tan poca ilusión?

Siempre la veía, hablaba con ella, y cuando no, ella me entendía sólo con un gesto.

Le gustaban las flores porque la sabían toda, eran lo perfecto, lo inalcanzable,

Las envidiaba, si, las amaba.

Ella amanecía todos los días y se aferraba con fuerza al último rayo de luz.

Y anocheció…

La noche duró días, meses, las flores dormían, no querían verla,

Ella las odió.

Y se acostumbró a la obscuridad, la hizo suya, la absorbió.

Pero un día comenzó a amanecer, ella llevaba por dentro la luz,

Se la había robado al sol.

Entonces volví a verla, ¡Había retoñado!,

En sus manos resplandecía un hermoso capullo,

Pero…sus cabellos ya no eran dorados y sus ojos no miraban al sol.

Luego comenzó a andar, avanzó,

 caminó y cosechó tanta alegría, que se olvidó de los dioses;

Se olvidó que ellos no perdonan el error de los mortales,

Se olvidó…de ella.

Y cuando parecía que se quedaba sin aliento,

Cuando sus sueños más íntimos parecían volar,

Comenzó a nacer de nuevo,

El capullo era su amigo, Su compañero, Su futuro.

Y se dio el milagro,

El de la vida

Su propia vida.