Te recuerdo en aquellas canciones mezclas de soledad,
amargura, tristeza, llanto y maldiciones.
Mis ojos veían las flores que murieron mientras sus sombras
ocultaban mi espectro y bohemia junto al silencio de la ventana.
Mis ojos rojos hartos por el humo de flores profanas
inventaban tu voz, tus pasos y tu risa que a veces
extraviaron el camino a nuestra casa.
Te recuerdo, atrapado, entre las espinas
de las rosas de papel rosadas que hacías
mientras la noche paría el amanecer.
Mi sueño recuerda tus mentiras, disculpas y promesas
que tantas veces murieron de pulmonía
junto a la burla de la madrugada.
Ahora , fuera de fotografía, no debo olvidar
que debo olvidar tus olvidos y si te veo por allí
nos fumemos una flor profana en paz.