Si llegado el momento de dejar atrás
Y para siempre la debilidad,
No se vulnera la franqueza de nuestro corazón,
Se dejara por fuera la <<pasión>>
Y no importa cuanta fuerza
Se logre obtener a cambio
De un puñado de arrebatos,
Si en ello se ha perdido
También el modo más humano
De acceder enteramente a la justicia.
He allí la cuenca
Por donde se aprende
A fluir desconcertadamente,
Antes un ovulo de tierra
Flotando en la gravidez consciente,
Ahora el rastro de una estrella umbilicada,
El relampagueo insostenible
Que ilumina por unos segundos la vertiente…
Allá va la tristeza,
Despedazando flores
De las que la creación
Usa para ocultar los jardines,
Mitigándose en el humano blando
Donde la compasión se hunde,
Exhibiendo por encima
De las erizadas pupilas
La atmosfera azul que se funde