Aunque digas que no me amas nunca podrás olvidar
Que fui el primero que hizo tu cuerpo entero vibrar,
Socavando tus deseos te lleve a la cima astral
Y probaste con locura lo que es la pasión carnal.
Dejamos tu candidez en las sabanas marcada
Con pequeñas rosas rojas que allí quedaron plasmadas,
Me diste tu gran tesoro en tu entrega apasionada
Y sentiste los placeres de una pasión desbocada.
Fui la ola que sacio la sed que tenías guardada
De deseos trasnochados y fuegos a media llama,
De escarceos, jugueteos e ilusiones menguadas
Que llegaron esa noche a ser todas consumadas.
Fui quien llevo tus pasiones a cimas nunca alcanzadas,
A cumplir bajo el peligro fantasías alocadas,
A llenarte de placer sin importar la morada
Y tus ganas encender para después ser amada.
Podrás encontrar mil hombres que más te puedan llenar,
Que te leven hasta el cielo y te hagan alucinar;
Pero este que fui tu dueño de tu génesis pasional
Dejo en ti plasmado un sello que no se puede borrar.