Hey tú, la de los lunares...!
podrías buscarme,
podrías amarme,
podrías perdonarme,
podrías dar tu bracito a torcer.
Podrías aquietar esa rebeldía:
De tu pelo,
de tus ansias,
de tus manos, tus manitas,
de tus sueños,
de tu alma en libertad.
Tú, la de los lunares,
la del alma envuelta en piel.
Podrás un día reconocer, que no te soy indiferente,
que mi amor es perpetuo,
único,
condescendiente;
de los que ya no hay a la vuelta de la esquina,
de los que gritan que te aman
en los carteles de cualquier pared.
Hey tú, la de los lunares...!
¿Podrás responder a mis reclamos?
¿Podrás un día llegarme a querer?
© Armando Cano.