Si el viento nos dá en la cara
si se nos eriza el pelo
es que estamos navegando
y nuestra boca salada
le sonríe al barco velero
diciendo : vida te quiero.
No me importan las tormentas
de vez en cuando atracar
pero mejor navegar
que después de descansar
me espera la mar abierta.
por que mi novia es la mar.
Cruzar el mar de la vida
con tormentas y con viento
que aunque te causen heridas
la paz se lleva por dentro
pues una mar aburrida
solo ofrece aburrimiento.
Y en el último atracar
sonreir con el balance
a veces tocó llorar
otras el gozo de amar
y por duro que sea el trance
marinero, a navegar.
Amemos pues a la vida
al inmenso azul del mar
al sol del trópico ardiente
a la borrasca crujiente
con la brújula orientar
y en la bonanza pensar
que la vida es del valiente.