Desde las calidas tinieblas del útero,
he llegado al nuevo mundo con la cabeza en primero
Me desperté de pronto, tenía miedo, el hilo de mi vida dependía de un solo nudo
El anuncio de mi llegada fue con un largo llanto para clamar:
¡Aquí estoy, vivo y no muerto!
El dolor de mi genitora exploto en una esplendida alegría de alivio
Sus lágrimas de sufrimiento se iluminaron con un espectro de encanto
Estaba escrito, la avenida a la vida tiene un valioso precio
Estaba desnudo, tenía miedo, inquieto del brillo
Buscaba cualquier cobijo, buscaba mi entorno, buscaba mi nido
Me cojo un pecho abierto, un seno me lleno la boca con un chorro de dulzura y de cariño
La paz me lleno y bajo El respiro de mi mama me he dormido
Así he nacido en la fiesta del milagro y mañana me iré agotado en silencio
No dejaré rastro que mi paso sobre la arena a merced del viento
O algo bueno en concreto que había hecho, dicho o escrito