La noche vuelve a recordar la ausencia
de todos los sueños evaporados,
como lejanos vientos del pasado
que reclaman el sentir de la presencia.
Y regresa con el miedo de la duda,
entre estelas de fugaz destello
atrapadas en la mirada de estéril anhelo
que se oculta en el tiempo de luna.
Para retornar con la sombra callada,
entre perfumes de cantos perdidos
que ya no se acuerdan del olvido
acunado en tantas noches veladas.
Esa noche que ya no oculta los suspiros
entre sábanas de eterna melancolía
y despierta en un inevitable nuevo día
que se pierde en los avatares del camino.