Entre las sombras, lentamente el día,
despierta las veredas con historia,
una hoja amarillenta y sin euforia
se desvanece en la baldosa fría.
Sin brisas la arboleda es armonía
y el trino de las aves canto y gloria,
una voz de ilusión emigratoria
en el adiós del barco que partía.
Renace la ciudad a tango y mate,
Buenos Aires suspira, vive, late,
con palpitar de azul-celeste y blanco.
(Apartando palomas de mis pasos
quiero soñar teniéndote en mis brazos,
en este Parque, en este mismo banco)
Derechos reservados por Ruben Maldonado.