Sobre las fibras del lienzo
en que yo pinto mi vida,
voy perfilando el paisaje,
dibujado en mis retinas.
Y de colores vestido,
cual mariposa encendida
revoloteando en el cáliz
de mil flores peregrinas.
Los carballos y castaños
con sus copas extendidas,
el mar y las marejadas,
de mi Galicia querida.
Es gran belleza salvaje
que quien la mira no olvida,
los abrazos de las olas,
ni el remanso de sus rías.
¡Y se hace arte en el cuadro
cuando abriendo las pupilas,
el sol se pone en sus playas
con una luz que fascina!
Es de una templada paz,
disfrutar en la campiña,
de esos grandes verdes ojos
mirando brisas marinas.
Hay un eco en el silencio…
que nos habla con morriña
de sus pueblos marineros,
de gaitas y romerías.
¡Y es que Galicia en el mundo
siempre serás conocida,
por esa voz tan melosa,
que al escucharla acaricia!
Porque sus brazos esperan
a aquellos hijos que emigran,
¡Por ser cuna de poetas
y Señora de las rías!