Lo peor que me ha pasado siendo vagabundo
ha sido darme cuenta que no lo soy.
Hay gente que busca órdenes y seguridad,
y gente que busca la obediencia de la gente.
Yo no sé dónde estoy, pero si lo sé,
estoy donde no sé dónde es,
ahí es un lugar brillante,
con extraños pájaros blancos
suspendidos en el espumoso aire,
y llueven centenares de hormigas fantasmas
sobre el líquido suelo blanquecino,
en el que paso saltando y haciendo equilibrio
encima de los grandes caracoles tiesos
tirados, a lo largo de la soledad.