Aunque tus ojos
sean hojas marchitas
y necesites
arrojarlos al viento
para volver a sentirte libre,
en ese instante
no digas adiós.
Aunque la ayuda no llegue rápido
y tus sueños parezcan
ser olvido
no les digas adiós
Aunque no se respire fe
y la esperanza
sea inerte
nunca les digas adiós.
Siempre habra un
porque respirar
un porque
tararear una melodía
hay un horizonte
y debemos mirar muy bien
hacia adelante
sin decir adiós.
Aunque parezca
que no hay amor
y todo se vuelve niebla
nunca digas adiós.
Hubo un día
en que todo
se abandono
la esperanza se fue al vacío
y un inocente lloro.
En este instante,
mañana
no digas adiós.
Sólo un valiente
ante ninguna adversidad
se atrevera
a decir adiós.
D.B.R.D