Jinetes de sal y agua llegan a la arena,
Traen con ellos bolsas de sol,
Ofrecen a las palmeras vida eterna,
Pero ellas son viejas y sabias,
Saben como no olvidar.
Muñecas mecánicas a control remoto,
Juegan a ser una familia,
Plásticas y sonrientes,
Se mueven según su operador,
Y salen a hacer las compras.
Y yo digo no, no más cajita feliz,
Y digo basta de intentar pulir las piedras,
No has aprendido a ver, No puedes ver brillar
Si primero no abres los ojos.
Ventanas cuadradas y polarizadas,
Mostrando lo mismo desde ambos lados
Que mientras el perro le ladra,
El ser que habla, se ríe de ese vidrio
Unidireccional y frío.
Y yo digo no, basta, y abro los ojos,
Huyo de esa caja de luz con tres colores,
Huyo de esa forma de ser sensible
Ante las mentiras tras el humo,
Y salgo de compras