Cuando el día desviste sus colores
y el manto de la noche hace presencia,
palpita en mi interior suave cadencia,
batiendo el corazón en mil rigores.
La alcoba se perfuma en desamores,
mostrando al sentimiento indiferencia,
titilando a la luz de la conciencia,
un recuerdo revive en sus dolores.
El llanto oscureciendo las razones,
de la piel exhumando penitencias.
Sangrando soledad a borbotones,
el alma se estremece en sus carencias,
espectros del ayer llenan rincones,
plañendo las pasadas existencias…