A los soldados del general
los inundó de plomo
el fuego en la oscuridad.
El general permaneció
en el frente de guerra
erguido, como el valor,
sin desmayar.
Al amanecer sus otros soldados
encontraron la oscuridad
en la luz del sol.
El general
con su orden de no rendición
mantuvo su posición en el frente de guerra
desde el mapa del cuartel.