Manchas.
Cuando visito el rancho que tengo allá en la loma,
Manchas, mi fiel migo, mi amigo mas sincero,
Al verme loma arriba, a un altito se asoma
Y anuncia mi llegada con su aullar lastimero.
Corre a mi encuentro y mueve su larga y negra cola
Y en su abrazo perruno mi ropa hace un mugrero,
Yo soporto el saludo de mi perro y a solas
Pienso que antes que nadie, me saludó el primero.
A veces he sentido, y al sentirlo me aterro.
Hay humanos que tienen menos bondad que un perro
Y son los que dirigen la triste sociedad.
En ello se enriquecen mediante testaferros
Pero ellos van a misa y van a los entierros
Y hacen con lo del pueblo, “obras de caridad”