Un ave voló lejos
y al cielo llegó
y convertido en azulejo
después regresó.
Un canario fue al sol
a contemplar su brillo
y después regresó
pintado de amarillo.
Un gallinazo o zamuro
con la noche se fue
y vistió de oscuro
desde aquella vez.
Un pavo real, señores,
al arco iris visitó
y de muchos colores
su plumaje pintó.
Alejandro J. Díaz Valero