(esperar 20 segundos de la música para leer el poema)
Tu padre nunca quiso esto de ser el amado;
sin embargo, tu corazón dijo hacia delante
y desde luego que no iba perder ese ritmo
que tanto me costó y aún, solo por ti, sigo.
Fueron noches a escondidas, a sabor fuego,
cada una, donde quedó grabado tu camino
junto al mío, en un sinfín de vida y sueños.
Juramos nunca el uno del otro apartarnos
hasta que la oscuridad reclame a lo sentido:
por eso, amándonos, nada se habrá perdido.
John Clark