Tú. sí, tú.
Tu que todas las frescas mañanas
te levantas con la mente
colmado de penas,
tú
que no entiendes
porque no tienes lo que te pertenece,
o porque tienes lo que no es tuyo.
tú
que siembras y resiembras
la más perpetua paciencia
en el abismo y cúspide de tu corazón
mientras el gusano
de la desgracia
se infla al tragarlos.
tú
que aunque mereces vivir
sin las penas y angustias de tu projimo,
no das la espalda sino
la frente para darle tu mano
y continuar el sendero
que conduce hacia la felicidad.
tú que te preguntas porque las malas cosas te pasan precisamente a ti que no las mereces, tú que tal vez le preguntas a Dios porque hay en tu vida tanto infortunio: ''has pensado en como comprender las respuestas de tus mismas preguntas si alguien te las diera? porque de nada sirve saber las respuestas de mil preguntas si no sabes comprenderlos, si dejas que el gusano de la desgracia acabe con tus semillas de paciencia, si cargas de toda culpa al destino. Porque el destino no existe para los vivos, sino para los muertos. Tú. sí, tú. cierra tus ojos y, arrancale unos minutos a las horas de tu día y piensa que eres la persona más feliz del mundo. despues abrelos y sabras que pensar positivo es saber vivir...