Pequeña...
en la tierra escardas mi eco
arrasando el limbo de las praderas
ubicas en la penumbra
un llanto ajeno a las palmeras
que yerta un ato de vida
sosegado en las laderas
trigueña
convites sobre las piedras
los moldes tórridos que el sol menea
abrasando el pulso de mi sangre
en el iris de tu hierbabuena
colmena
te percibo a tientas
mientras estás adormecida
en el cutis de la zamba
que se inyecta en mis venas
y vierto sobre mi almohada
el olor de tus trenzas
que amarran en tu cintura
la cabalgata sedienta
hurgada en tu pechera
con un calor de bembas…
2003 - III - 6 5:56 a.m.
Víctor Abel Niquinga Ruiz.