Como el viejo rosal añora en el otoño sus rosas
así mis días transcurren , entre algunas otras cosas
contemplando desde la orilla desolada el horizonte
con la ecuación que siempre resulta ser tu nombre
Ese conjunto de letras que dieron luz a tu vida
y que son para mis oídos, la más dulce melodía
Espero, como lo hace aquél que tiene certeza
la hora indicada que a tus brazos me devuelva
Si son eternas las horas que de tu lado me apartan
y son brevísimos instantes los que compensan el alma
He de perder el reloj que angustiosas horas marcan
no habré de medir el tiempo, sino los besos que faltan.
María Ferretti Gaich