HOY
Hoy renuncio a esa carga
pesada y dolorosa que llevaba.
Renuncio al dolor y al resentimiento,
a la tristeza, al reproche y al miedo.
Hoy me perdono todos mis pecados
y recuerdo mi verdadero ser amado.
Hoy admitiré que estaba ciego
y abriré los ojos sólo a lo bueno.
Hoy proclamo que gobernaré mi ser,
todo cuanto hago será para bien,
que buscaré la realización
en mi verdadera vocación,
que buscaré el placer de ayudar
a mí mismo y a todos los demás.
Hoy trabajaré con amor y placer,
cada segundo de hoy disfrutaré.
Hoy diré de todo cuanto siento,
hoy realizaré todos mis sueños.
Hoy dejaré que el fondo de mi alma
dicte mis actos cuanto le plazca.
Hoy sentiré mi verdadero ser
el que solo existe para el bien,
el ser que viste este cuerpo
pero está más allá de este tiempo.
Hoy viviré como si fuera el primer día
de esta hermosa y dulce travesía.
Hoy viviré como si fuera el último
de mis días en este mundo,
como si mi misión no dependiera de mí
sino de las semillas que sembré por ahí.
Hoy escribiré una hermosa poesía
para decir: -gracias Dios por este día-.
Del libro: “Versos Terapéuticos Para El Alma” de Luis Felipe Moro Morey