En el corral de mi casa,
tengo sembrado un madroño,
que me regala sus frutos,
de mermelada de otoño.
La gallina con sus pollos,
debajo se pone a escarbar,
sin perder la vista al gallo,
comienza a cacarear.
El lechón de la piara,
se metió bajo la reja,
llenando su panza de frutas,
que tengo plantada en la huerta.
La yegua con su potrillo,
se acercan al bebedero,
junto a la cerca de hierro,
está descansando el carnero.
Bajo mi porche de entrada,
pienso durante un segundo,
entre las hojas de parra,
Soy el más feliz del mundo.