<!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->
Cuando estoy entre tus brazos
¡Ay! Dios me bendice.
Siento toda
la sublime protección
de tu ternura
y quisiera eternizar la vida
en ese instante,
para quedarme inerte,
para quedarme en ti:
sin otro anhelo
que tu pecho no me ofrezca,
sin otra paz
que de tu ser no sea.
Porque esa dicha
sólo sabes entregarla
Tú.