Lalobigfish

Granizada soleada

Primera vez en dos años que el cielo llora en la casa desde donde llora también mi corazón, las nubes sobre el cielo azul fuerte e iluminado claramente por el sol radiante, sólo hizo que el contraste de los filos plateados de sus bordes dieran esa tridimensionalidad que el oscuro cargado de agua de sus centros se volviera granizo de gran tamaño, y como era lógico, al arcoíris en la tarde se creció en el cielo de mis sueños y recuerdos.

La duración fue corta como la visita fugaz de mi amada después de tres años de ausencia, como el arcoíris de todos los colores, el encuentro – desencuentro, proyectó la gran unión que nada ha de borrar y la enorme separación creciente que sus actitudes ha definido.

El amor ha sido siempre para mí, ese acto libre de la voluntad que consiste en entregarse buscando el Bien del ser amado, diferente a ese sentimiento amoroso que del corazón brota y –por lo menos yo- no puede controlar, “Cariño”, ”Ágape”, No lo sé, siempre he sentido que faltan palabras en el diccionario pero esa química que la fisiología tiene y la mente no controla al que también muchos llaman amor es esa otra faceta que tal vez como la disolución de los colores en el arcoíris que contiene siete o millones de colores en sus tonos entre al blanco y el negro, entra la luz y la oscuridad; así en mi ser dividido y casi loco o esquizado se manifiestan las dualidades. La decisión libre y propia de seguir ofrendando mi vida o de dejar de hacerlo aun que el sentimiento y la emoción siga otros caminos a los que en sesenta y tantos años se ha acostumbrado.

Con su poesía cruda y sencilla dice Sabina en su canción… “Tanto la quería,
que, tardé en aprender a olvidarla, diecinueve días y quinientas noches”. Que a mí me dice lo distinto que es la marcha de la mente y la voluntad con lo que el cuerpo y el sentir manifiestan.

Respeto la libertad del otro de aceptar o no recibir mi entrega y acepto que a su modo cada quién hace lo que cree mejor o lo que percibe como más adecuado, ya sobre la percepción y sus limitaciones he escrito y meditado, hoy quiero escribir sobre el silogismo vivencial de que “Todo acto humano tiene una intención positiva” verdad que del todo he asumido con el hecho de que “cada quién creé y proyecta como válida y universal lo que considera la Verdad” y la “Libertad de  cada quién para desear y buscar consensar con el otro para una sana y positiva convivencia” o mantenerse en el egocentrismo y firmeza de solamente aceptar la convivencia en lo que los demás se ajusten y sean afines a nuestros esquemas mentales, ideas, o posturas existenciales.

No quiero etiquetar las posturas ajenas pues igualmente todos pueden juzgarme y calificar mis sentipensares, mis actos y mis ideas, simplemente quiero pasar este día de cielos negros y brillantes colores y esperar que mañana vuelva a brillar el sol en un cielo claro y despejado.