Cuando las estrellas veo brillando
y la luna a la tierra, iluminar,
tu rostro, María, creo estar mirando
y quisiera contigo de la mano caminar,
pues mientras bendiciones mil, vas tu derramando,
a mis hermanos todos yo amando.
Pero al correr el tiempo...
Oh, no quiero ni pensar!
pues cuenta me doy, que solo fue un sueño
del que no quisiera despertar.
Concedeme Señora seguir soñando,
que no se acabe este sueño de tu rostro contemplar,
pues quiero siempre soñar que vivo soñando,
y solo quiero despertar, cuando tu rostro, sin soñar,
María, yo ya esté mirando.