Jhon Deivy Torres Vidal

SENTIMIENTO PISOTEADO Y CONDENADO

Has estropeado las rosas que sembramos

(sin culpa, al aire libre, como un juego)

tu vanidoso rencor ha terminado

con el jardín naciente, que era nuestro.

 

Así también destruiré tu bella estatua

que se levanta en el núcleo de mi alma

y el  fuego aplacaré, aquel que fragua

el monumento de amor que tanto amabas.

 

Te mirabas en el espejo de mis besos

y era tu reflejo el que admirabas;

te complacías, regodeándote en exceso

cuando tu imagen, como a un ídolo, tallaba.

 

Busqué adorarte con absoluta entrega

y fue mi error: mi propia guillotina

que con ansias de ciego fabriqué.

            Ahí cercenaste de raíz la vida

 de este amor que para ti forjó su fe

y hoy como a un apostota se le condena.