*** Estimados lectores: ésta es una fusión, no de versos, sino de párrafos para construir un cuento. Según nuestro criterio es una innovación, donde cada autor fue dando matices diferentes a la obra que iba cambiando levemente el contexto de la trama, sin perder la esencia de su título y buscando de alguna manera lograr el final feliz. Cada uno de los autores que intervienen en el cuento aportó su creatividad, respetando la inspiración del otro, y cuando uno escribía un párrafo, el otro al escribir el suyo sin darse cuenta reorientaba al otro a buscar otras escenas. Cada uno seguramente tenía mentalizado otro cuento paralelo al fusionado, el cual sin duda constituyó un valioso aporte para la fusión del cuento final. Allí lo dejamos a su entera consideración, donde la fusión de estrofas para la elaboración de un cuento infantil, no es más que la pasión por este bello género que estos dos autores expresan a través de su expresión creativa. ***
LA LUCIERNAGA QUE QUERIA SER ESTRELLA
Esta es la historia, de una luciérnaga, que al caer la noche sufría una extraña y oculta agonía, su lucecita entre las hojas de un árbol escondía, mientras de manera entristecida miraba al cielo y dirigiéndose a una estrella en especial decía:
- Rutilante estrella, tú que conoces de mi pesar, y que todas las noches entre sollozos me sientes suspirar, dime como haces para de manera tan hermosa parpadear, maravillando a todos con tu destellar, al llenar de manera delicada el cielo con radiantes y tenues destellos.
Cuentan que aquella luciérnaga vivía obsesionada por ser estrella, ella sabía que en el bosquecito donde vivía no había espacios siderales, ni planetas, ni galaxias, y por lo tanto ella nunca podría ser estrella, aunque era lo que más deseaba en la vida.
Muchas veces en su sueño de ser estrella la luciérnaga se resignaba cuando veía caer la noche, pues sabía que el oscuro manto del oscurecer era su más fiel cómplice para aparentar ser una estrella…”Tal vez muchas personas distraídas, al verme brillar en la penumbra, crean que soy una estrella” se decía a sus adentros, y esa manera de pensar le brindaba una inmensa alegría que aunque fugaz, de alguna manera lograba disipar en ella, ese sueño que constantemente la atormentaba.
Esta actitud causaba desconcierto, risas y hasta cuchicheos entre las otras luciérnagas; las cuales no entendían el porqué de esta extraña actitud, sin embargo cada anochecer a la misma hora y sin importarle lo que dijesen las demás, nuestra amiga Luciérnaga, encendía su fluorescente linternita y subía hasta lo más alto del árbol para desde allí entre sus ramas soñar que su sueño de ser una estrella se hacía realidad.
La luna desde el cielo la miraba, y en silencio con luz plateada la entendía y admiraba. Un simple insecto, decía la luna, y tener un sueño tan grande, es una fortuna. La luna brillaba y en la laguna se refleja, mientras la Luciérnaga soñaba y soñaba, aferrada a ese sueño que tanto la entusiasmaba.
Una noche en medio de la oscuridad reinante, pues era cuarto menguante, sólo se escuchaba los cánticos y los susurros de los animalitos nocturnos, entre ellos el singular aleteo de miles de luciérnagas; fue allí, donde todos atónitos, pudieron observar como aquella luciérnaga que noche a noche solía soñar que era una hermosa estrella y que el firmamento entero con su luz lograba iluminar. Luego extendió sus alitas y batiéndolas muy fuerte alzó su vuelo y nunca más se le volvió a ver por el bosque pasear.
Es así como aquella noche se vio un espectáculo hermoso, una linda estrella se vio acompañada por otra más chiquilla, la cual entre acolchadas nubes, encendía y apagaba sus pequeños destellos como si fuese un farolito amarillo y verdoso que alumbraba el oscuro cielo llenando el bosque de una mágica luminosidad.
Anímate a ser como la luciérnaga que hizo su sueño realidad, y que pudo con su intermitente y pequeña luz, iluminar el camino de los demás.
La vida es de oportunidades, tu constancia y optimismo convierte sueño en verdades, no importan tamaños ni edades, sólo son sueños donde Dios muestra sus dotes paternales y da esos regalos a ciertos mortales, con la gracia genuina de dádivas celestiales.
Nunca se supo que pasó con la Luciérnaga aquella, solo pensemos que está en el cielo desde donde sigue brillando convertida en estrella. En realidad no importa nada más, lo más importante es que otro sueño se hizo realidad, y por más simple que sea nos causa felicidad.
A veces al cielo miro contemplando estrellas, y es allí cuando me invade la alegría al saber que una de ellas es la Luciérnaga, la misma de mi cuento, y entonces sonrío de contento, y sigo soñando…Soñando despierto.
Fin.