seateen

MIS MANOS

Mis manos

torpes,

 desahuciadas

 que tratan de

 encontrarse

 con los ojos

 ausentes

de sus uñas

transparentes

y ciegas.

 

Sin tacto,

carentes del velcro

 de tu cuerpo

que les permitía

adherirse a él.

 

Gemelas dolientes

de tu ausencia.

 

Se consuelan

con otras

desconocidas

que estrechan

en un saludo

de buenos días,

de buenas noches,

de hasta mañana,

de adiós por siempre.

 

Y que no les dice

si esas otras

 parecidas

a ellas,

tienden a sufrir

de lo mismo,

de hallarse solas,

sin el fin para

el cual fueron

 creadas,

acariciar

 a la persona

amada.