PUEBLOS FRIOS
Pueblos colgados del cielo, arribita de la luna,
Donde el verde y el azul hacen pareja lontana,
Son gentes francas y amables quienes pueblan las alturas
En cuya hospitalidad su alma se siente cercana.
Con la generosidad de nuestra Madre Natura
Y la laboriosidad de sus gentes de alma sana
Crecen despacio estos pueblos a punta de agricultura,
Prospera ganadería y sus manos artesanas.
De paso por estas tierras voy conociendo mi patria,
La Colombia que en silencio subsiste en las altas cumbres
Donde los pobres tiritan y los ricos bien se cubren
Con las mantas producidas por las manos de los parias.
De paso por estas tierras aunque el sol más nos alumbre
Es más oscura la vida de quienes la tierra labran
VIDA DE PUEBLO
I
Al sonar las campanas cuando amanece,
Chirriantes se entreabren las viejas puertas
Y las gentes del pueblo salen hambrientas
De homilías y hostias con las que a veces
Sus angustias y hambres bien adormecen.
Luego cada quien va a su rutina muerta:
Unos van a la escuela donde es incierta
La verdad enseñada porque estremece
Enseñar las verdades tal como son.
Y es que en estos pueblitos de mi país
Quien denuncia al canalla puede morir.
Y así siguen los chicos de mi nación
Sin comprender porque no logran vivir
Con dignidad, y apenas consiguen mal subsistir.
II
También salen de casa en mulas montados
O conduciendo regios y amplios camperos
Los dueños de las tierras donde vaqueros
A pie limpio y a pata lidian ganados.
O bien van a las fincas donde hay sembrados
Enormes cafetales por jornaleros
Que por poquitos pesos años anteros
Trabajan y envejecen siempre arruinados.
En sus fincas los dueños de la riqueza
A los peones humillan y a sus parejas
Las hacen sus mujeres bajo amenaza.
Y así pasa la vida con la certeza
De que bien resignados y harta paciencia
Dios les dará en el cielo la recompensa
III
Después de recibidas las bendiciones
Del párroco en la misa, los comerciantes
Van y abren sus negocios donde desde antes
Están los campesinos con producciones
De frijoles, café, maíz y limones.
Y el hombre del comercio, agrio y rampante
A los labriegos trata cual mendicantes
Y paga sus productos como a ladrones.
Y con la poca plata que el campesino
Recibe por la venta de lo traído
Apenas medio merca sal y panela.
Pero como las cosas siempre así han sido
El regresa a su predio, pensando fijo
En sembrar otras yerbas en su parcela.
IV
Tras asistir a misa las solteronas
Se pegan de la radio a escuchar baladas
Con las que evocan dulces, lejanas horas,
Cuando no precisaban ser maquilladas.
Sacuden cachivaches, limpian poltronas,
Trapean la sala y lavan la porcelana,
Se miran al espejo, se ven jamonas
Y sienten que sus vidas en vano pasan.
Casi todas las tardes van de paseo,
Se sientan en el parque o en la taberna
Algunas toman vino, otras, buen ron,
Y regresan a casa con su alma yerma,
Cargando con la eterna desilusión
Porque a sus almas sosas, ya nada alegra.
fernandocardonakaro