Ansias de amar…
Una tarde en que llovía,
Daba traspiés el poeta,
En la avenida mojada.
Una golondrina volaba,
Dando trinos…
Y en silencio tú me hablabas…
Con tu ardiente mirada.
En ella vi el infinito
Y eterno color del cielo,
Y las mieles de los besos,
Y los aromas de las flores,
Y la armoniosa música,
También las huellas marcadas
De los eternos amores…
De pronto cesó la lluvia…
y marchó la muchedumbre…
Doblaron las mil esquinas…
Pero tú…allí quedabas.
Hablándome en el silencio,
Amándome en cada suspiro,
Con tu ardiente mirada.