Y otra vez llegó el miércoles por la noche, mi hijo regresará tarde del club y mi esposo cena con sus amigos, así fue como volví a quedar sola como cada miércoles por al noche y repetí la rutina de dedicarme a mi. Encendí el equipo de música, tomé una larga ducha, luego sequé mi cabello para no sentir frío, y comencé a pasar crema en todo mi cuerpo. Sintiendo el placer de tener el tiempo de acariciar cada parte de él sin apuros , mas tarde no podía faltar mi perfume, abriendo el cajón de mi ropa íntima solo tomé un camisolín de seda claro, como cada noche sólo algo de seda sin mas prendas que esa . Y parada frente a mi cómoda al cerrar el cajón y levantar la vista me vi en el espejo y me sentí bien, fresca, radiante, relajada, suave , vulnerable.
Y llegaste a mi mente como un pervertido, cambié el CD y elegí ese que grabé y te regalé , "80 minutos de amor" de IL Divo, di la vuelta y abrí mi cama, tomé el libro y mis anteojos, me recosté a leer, pero tus palabras sonaban cada vez más fuerte en mi mente, esas que hace tiempo ya me has dicho una noche.
Sin permitir me concentre en la lectura, así lo cerré, me quité los anteojos y volví a reflejarme en el espejo, baje la luz y me recosté más aún, comenzando a soñar despierta que llegabas a mi casa , llamabas a mi teléfono, entrabas y con tu perversión que me seduce, te metiste en mi cama ya sin ropas y comenzaste a acariciar mi cuerpo, desde mi rostro hasta los pies y me entregué a tus deseos, retorciéndome del placer que eran tus manos las que me recorrían y se percataban de la suavidad de la seda, complaciendo aún más mi gozo de sentirme tocada.
Y entraste a mí y me poseías con fuerza, llegué a excitarme tanto hasta que tembló todo mi cuerpo por largo rato y cerré mis ojos para no verte partir, aún agitada volví a escuchar la música que me relaja y me permite volver a cerrar mis ojos y lentamente, poco a poco entregarme a mi sueño. Intentando otra vez regresar a ti.