Cultiva tu alma hasta su cúspide
Sin dejar rastro en la tarima
Dibújale en cada lustro un torrente de tálamos con sortilegios haciendo caso omiso de su clarividencia
No pronuncies cúpula ni terraplén
Ábrela sin extraer los alvéolos de sus canículas
Cubicando de ese modo su albúmina parásita
Aparta entonces al binario de su elipse
Y sé consecuente con este catastro
Hasta el límite de su paridad.
Soporta sus soliloquios punzantes
Absorbiendo el alcaloide de su matriz
Y no te sorprendas de su reacción cursiva en esta ciudadela sánscrita
Ningún lóbrego con méritos
Puede elucubrar siquiera su ápice.
Sostén su vernáculo en plena sinapsis
Y bésalo con tu escolapia agorera
Si notas que la caledonia se manifiesta positivamente
Salpícalo con dosificaciones de misoginia
Y no pretendas aventarte con su beneplácito
Evitando así la deflación de su hipotenusa
A partir de allí se manifestará el lúpulo.
Acto seguido extráele toda la sinecura
Obteniendo finalmente su frenética cornucopia.
Esta oración no la contorsiones con tu salvoconducto
Y a posteriori
Mantenla alejada de los fariseos.