Te necesito
envolviéndome en tus brazos,
llenándome los espacios
que devoran mi pequeña figurilla
sin ti.
Te necesito
luchando conmigo a cada paso,
sosteniéndome cuando un hondazo
de nostalgia y temor
no me deja seguir.
Te necesito,
así ha sido el veredicto
que mi corazón ha escrito
aún cuando solo sabe
sobrevivir.
Te necesito
y no es soga ni cadena,
pero sí la certeza plena
de que me reboza el alma
cuando sé de ti.
Te necesito todo
desbordándote conmigo
en las luces de un domingo
tibio y sin dormir,
te necesito todo
enredándote en mi vida,
besándome las heridas
que sólo se curan por ti.
Te necesito
y es la más dulce pena,
la más bella condena
que un espíritu libre
pueda pedir.
Te necesito,
y aunque no me gusta admitirlo
no puedo dejar de sentirlo
y me confieso rendida
ante ti.
Te necesito,
pegadito a mi cuerpo,
oyendo tu aliento
suspirarme un te quiero
y subir.
Te necesito
y en petición egoísta
quiero ser en tu lista
la única opción
para hacerte feliz.
Te necesito todo
fusionándome las canciones,
las poesías, los corazones
y mi propio existir,
te necesito todo,
no ves que te estoy amando,
inútilmente apaciguando
todo lo que me haces sentir.
Te necesito todo,
se me acaban las letras,
ya se me escapa la esencia,
pero quiero seguir pensándote
y escribir,
te necesito todo
y no encuentro otra manera
que amarte con la lapicera
sosteniéndome en los días
tan lejos de ti.