Aquella vez…
Aquella vez… Fresca y saciada.
Aquella tarde de rosas rodeada.
…Aquél amor que esperaba,
aquella mañana que él ya no regreso…
Aquel molino hiriente en mi vientre
que se formo de mil piedras preciosas,
dedicadas de tus labios rosados.
desnudo el clavel moría por ella.
Aquella noche de luna
Cuando los labios enmudecen de pena
cuando la lluvia no cae en tu vera,
cuando el sol no entra por tu ventana
cuando el roce de las piernas se siente.
solo tú y yo perdidos en la nada,
Desfalleciendo en recuerdos desgastados.
…mil estrellas desde el cielo miran,
que murió de pena la rosa, vacía…
que el clavel sembró noches de amor,
en su alma enamorada
en otros soles y en otro tiempo
ella morir quiere de pena,
pues su amor marichito se ha quedado
esperando ser amada,
como la amaba su clavel,
Satisfecha de amar hasta desfallecer
Yace la rosa sin su clavel
Alicia Pérez Hernández
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©