De amor muriendo estoy ahora,
Una mujer la causa de mi muerte,
Le dí mi corazón en mala hora,
Lo abandono dejándolo a su suerte.
Dijo amarme con locura,
Me lleno de besos y de mimos y caricias,
Me doblego su amor y su ternura
Inundando mi alma, sus delicias.
Fue bello sin embargo no lo niego,
Lo que viví con ella era un ensueño,
Me dio su amor, me dio su fuego,
Me dio su vida… era su dueño.
Y… atravesé de la muerte sus umbrales,
Mi corazón lloro con amargura,
Su desdén, su desprecio fueron tales,
Nada quedo de aquella su dulzura.
Culpable soy, tal vez, de su abandono
No supe, quizás, aquilatarla,
Creí que mi amor era su trono
Y ser vasallo fiel, para adorarla.
Hoy vivo sin vivir, sin su cariño,
Y, muero sin morir, ya, por su ausencia,
Y estoy aquí, llorando como un niño,
Esperando mi muerte con paciencia.